Un estudio
llevado a cabo por el portal de estadísticas Statista muestra que los españoles
somos los europeos más abiertos a la movilidad eléctrica.
Una
encuesta llevada a cabo por Dalia Research indica
que el 46 por ciento de los españoles está dispuesto a
adquirir un vehículo eléctrico en
algún momento de los próximos cinco años. Con esta proporción somos los
miembros de la Unión Europea más dispuestos a acoger este tipo de tecnología, por delante, por muy poco, de Bélgica (44 por ciento) e Italia (42 por
ciento).
Tras
estos tres países hay un salto significativo hasta llegar al cuarto, Holanda, con un 32
por ciento, 10 puntos porcentuales menos que el país que le precede. Los
encuestados de los países que vienen a continuación en la lista se muestran a
favor de los eléctricos en proporciones similares: Austria (30 por ciento), Dinamarca (29 por ciento), Francia (28
por ciento), Polonia (27 por ciento) y Reino Unido (25
por ciento).
Por
último, de los diez países reflejados en la encuesta, el más reacio a la movilidad
eléctrica es Alemania: quizá por su fuerte industria automotriz
basada en vehículos con motores de combustión tradicionales, solo el 22 por ciento de
sus habitantes se compraría un coche eléctrico en el medio plazo.
Si se
hace una media de estos 10 países se establece que el 32,5 por ciento de sus
habitantes se compraría un eléctrico. Otra encuesta
realizada por Ford en 2013 indicaba
que entonces el 28 por ciento de los europeos abrazarían esta tecnología, con
lo que se aprecia que, poco a poco, vamos convenciéndonos de las aparentes
ventajas de esta tecnología.
Estas
encuestas ponen de manifiesto un más que evidente un cambio en la percepción de la
movilidad de los europeos. Influidos por una mayor conciencia de las consecuencias
medioambientales de los vehículos con motores de combustión, las cada vez más numerosas restricciones a los mismos,
la previsión de un encarecimiento de los coches Diesel y, por qué no decirlo,
la promoción de tecnologías alternativas por parte de marcas y medios de
comunicación, cada vez más vemos con buenos ojos los vehículos movidos por
energías limpias.
A study carried out by the statistics portal Statista
shows that Spaniards are Europeans more open to electric mobility.
A survey conducted by Dalia
Research shows that 46 percent of
Spaniards are willing to purchase an electric vehicle sometime in the next
five years. With this rate, we are the most willing to accept this type of
technology, way ahead of Belgium (44%)
and Italy (42%).
Following these three countries there is a
significant leap to the fourth, the Netherlands,
with 32 percent, 10 points less than previous one. Respondents from the
following countries are in favor of electric trains in similar proportions: Austria (30 per cent), Denmark (29 per cent), France (28 per cent), Poland (27 per cent) And the United Kingdom (25 percent).
Finally, from the ten countries reflected
in the survey the most reluctant one to
electric mobility is Germany: perhaps because of its strong automotive
industry based on vehicles with traditional combustion engines, only 22 percent of its inhabitants would buy
an electric car in the medium term.
If one makes an average of these 10 countries it would have a result of 32.5 percent of its inhabitants showing an
intentions for purchasing an electric. Another survey conducted by Ford in 2013 indicated that then 28 percent of
Europeans would embrace this technology, which shows that, step by step, we are
being convinced about the apparent advantages of this technology.
These surveys reveal a clear and evident change in the European perception of
mobility. Influenced by a greater awareness of the environmental
consequences of vehicles with combustion engines, the increasing number of
restrictions on them, the forecast of higher prices in diesel cars and, why not
saying, the promotion of alternative technologies by part of brands and media, we’re
seeing as a positive trend the vehicles moved by clean energies.
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