A Marco siempre le rondó la
idea de montar un negocio en Palencia y se subió a la automoción desarrollando
accesorios para hacer más cómoda la conducción. Sergio era un apasionado del
tema y controlaba todo lo relacionado con las codificaciones electrónicas en el
coche, así que podía darle un plus a los productos que vendía Marco.
Los dos coincidieron en un
foro de automoción porque tenían la misma marca de coche… y, así, en pleno inicio de la crisis, en 2006, nacía Stagemotion de
la mano de Sergio Ruesga y Marco Antonio de la Serna para diseñar componentes
de automoción que se instalaban después de la fabricación del vehículo.
Echaron a andar en un
garaje que alquilaron en Villamuriel de Cerrato, compaginando su sueño con sus
respectivos trabajos, y consiguieron irse haciendo con pequeños talleres como
clientes. Desde el principio ya hacían cosas “muy especiales”, equipando cualquier
vehículo con los accesorios más novedosos de navegación y electrónica, así que no tardaron mucho en atraer la atención de clientes de todo el
mundo.
“Conseguimos hacer cosas que no
hacía nadie, que no hacían ni los propios concesionarios”,
asegura Marco Antonio. Porque, de una manera muy artesanal fueron innovando en
la instalación de accesorios en los vehículos, accesorios que desarrollaban
las propias marcas y que se montaban durante la fabricación, pero no después. “Nosotros
dábamos una oportunidad a la gente que no pudo incorporar esos accesorios en su
momento. Y eso era algo innovador y único que nos permitió crecer”, aseguran.
Tanto que decidieron
reinvertir todos los beneficios que habían obtenido en esos años en la
construcción de las actuales instalaciones. Un enorme edificio de dos plantas
que abrió sus puertas en 2010 con dos únicos trabajadores, Marco y Sergio.
Poco a poco fueron incorporando una plantilla de profesionales altamente
cualificados, nuevas tecnologías, y nuevas aéreas de comunicación,
diseño, imagen y logística, que fueron dando forma a Stagemotion.
Durante los siguientes
cuatro años consolidaron su negocio en el sector de la automoción y fueron
subiendo peldaños en la cadena. Pasaron de ser instaladores a
distribuidores y de distribuidores a importadores y de importadores a
fabricantes.
Este éxito les convirtió en
el punto de mira del sector de los accesorios de automoción, que empezó a
copiar productos y estrategias. Por eso, ante la fuerte competencia y el hecho
de que los vehículos cada vez salían de fábrica más equipados, decidieron parar
el motor y arrancar de nuevo.
Es entonces, en 2014, cuando deciden dividir el negocio en dos líneas. Una centrada en el desarrollo de nuevos accesorios para los vehículos con productos “altamente
inteligentes” que además son universales y se pueden instalar en todos los
vehículos, y otra con la bicicleta eléctrica como
protagonista.
En la parte de automoción,
empezaron a lanzar una nueva línea de productos fabricados con ingeniería
Stagemotion: sensores de aparcamiento inteligente que se activan y desactivan
solos, soluciones orientadas a la navegación y tecnología bluetooth, tecnología
multimedia y cualquier accesorio que aporte calidad en el “aftermarket”, que
les ha ido abriendo la puerta de grandes firmas de la automoción.
A la vez decidieron cambiar
de segmento y apoyar la otra pata de su negocio en dos ruedas. Se subieron a la
bicicleta, pero eléctrica, y decidieron innovar en un sector
muy nuevo, el de las ebike, con un potencial de crecimiento muy alto
a nivel mundial. Hicieron un análisis de mercado –tres millones de bicis
eléctricas en Europa en 2016 y un crecimiento potencial de entre el 20 y el 40%
al año–, y decidieron aplicar a la bici la tecnología que hasta
entonces estaban aplicando al coche.
“La gente que compre una
bici eléctrica querrá que haga muchas cosas útiles y que sea muy eficiente y
que consuma poco y que sea muy ligera”, asegura Marco.
En esta carrera no tardaron
mucho en lanzar las primeras patentes y convertirse en el foco de muchas
miradas que veían que se podía innovar en algo en lo que parecía que todo
estaba inventado.
Iniciaron una colaboración
con el grupo de investigación BISITE de la USAL para poder desarrollar todo
tipo de accesorios y aplicaciones móviles y construyeron “la interfaz humana de
una bicicleta eléctrica”, un mando que controla todas las funciones de la bici
y el teléfono móvil desde el manillar.
Y así en 2015 nació la
firma ebikemotion
que sigue colaborando con la Universidad de Salamanca y encontró además el empuje del grupo Nagares. Han perfeccionado aquel
mando de control y sus aplicaciones, y han introducido otras innovaciones como
un control de motor con tecnología de automoción con el que consiguen reducir
el consumo en un 20% y alargar su autonomía.
Desarrollan y fabrican toda la
electrónica del sistema y se han convertido en proveedores de primer nivel, suministrando directamente
a las fábricas para que ensamblen ebikes con su tecnología.
Muestra de su éxito y
proyección internacional es que ebikemotion tiene hoy contratos
con cuatro de las diez marcas más importantes del mundo de la bicicleta y con
dos de los fabricantes de coches mundiales “que están mirando a la bici con cariño”.
Además en automoción trabajan con cinco fabricantes en España, con dos en
Alemania, Canadá y Asia y con tres en Estados Unidos.
*Noticia extraída del Diario de
Valladolid
Marco always had on mind setting up a business in Palencia and got into
the automobile world by developing accessories to make driving more
comfortable. Sergio was passionate about the subject and controlled everything
related to electronic coding in the car, so he could give a plus to the
products Marco was selling.
Both met in automotive forum because they had the same car brand at the very beginning of the crisis, in
2006, Stagemotion was created by Sergio Ruesga and Marco Antonio de la
Serna to design automotive components
that were installed after the manufacture of the vehicle.
They started in a garage rented in Villamuriel de Cerrato, combining
their dream with their respective works, and they managed with small workshops
as clients. From the outset they were
already doing “very special” things, equipping any vehicle with the latest
navigation and electronics accessories, so they did not take long to attract the attention of customers from all over the
world.
“We managed to do things that no one did
before” says Marco Antonio. Because, in a very
handcrafted way they were innovating in
the installation of accessories in vehicles, accessories that developed the
own brands and that were assembled during the manufacture “We gave people a
chance who could not incorporate those accessories at the time. And that was
something innovative and unique that allowed us to grow,” they say.
They decided to reinvest all the benefits they had obtained in those
years in the construction of the existing facilities. A huge two-story building
that opened in 2010 with only two workers, Marco and Sergio.
Step by step they were
incorporating a team of highly qualified professionals, new technologies,
and new communication, design, image and logistics airships, which were shaping
Stagemotion.
During the next four years they consolidated their business in the
automotive sector and continue growing constantly. They went from being installers to distributors and distributors to
importers and importers to manufacturers.
This success made them the focus of the automotive accessories sector,
which began to copy their products and strategies. This is the reason why, in
the face of strong competition and the fact that vehicles were increasingly
fitted out, they decided to stop the activity and start again.
Then, in 2014, they decide to
divide the business into two lines. One focused on the development of new accessories for vehicles with “highly
intelligent” products that are also universal and can be installed in all
vehicles, and the other one with the
electric bicycle as the protagonist.
In the automotive part, they began to launch a new line of products made
with engineering Stagemotion: intelligent parking sensors that are activated
and deactivated alone, solutions oriented to navigation and bluetooth
technology, multimedia technology and any accessory that contributes quality in
the “Aftermarket”, which has been opening the door for large automotive brands.
At the same time they decided to change segments and support the other
part of their business on two wheels. They got on the bike, but electric, and decided to innovate in a very new sector,
the ebike, with a very high growth worldwide. They did a market analysis -
three million electric bikes in Europe in 2016 and potential growth of 20-40% a
year - and decided to apply to the bike
the technology they were applying to cars.
“People who buy an electric bike will want to do a lot of useful things
and being very efficient and low-consuming and very light,” says Marco.
In this race did not take long to launch the first patents and become
the focus of many eyes that saw that something could be innovated in a market
where everything seemed invented.
They started a collaboration with the research group BISITE of the USAL
to develop all kinds of accessories and mobile applications and built “the human
interface of an electric bicycle”, a command that controls all the functions of
the bike and the mobile phone from the handlebar.
So in 2015 was born the firm
ebikemotion that continues collaborating with the University of Salamanca and also found the support of Nagares.
They have perfected that control command and its applications, and have
introduced other innovations like a control of motor with technology of
automation with which they manage to reduce the consumption in a 20% and to extend
its autonomy.
They develop and manufacture all
the system electronics and have become first-class suppliers, supplying
factories directly to assemble ebikes with their technology.
Ebikemotion has contracts with four of the
world's top ten bicycle brands and with two of the world's car manufacturers “who are looking at the bike with affection”. In addition, they work in
automotive with five manufacturers in Spain, with two in Germany, Canada and
Asia and three in the United States.
* News extracted
from the Diario de Valladolid
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